El mensaje 

a la Iglesia de Éfeso 

Iglesia Apostólica.

(Año 30-100 DC)

 

Una iglesia celosa, con mucho trabajo evangelistico pero carente de amor, situada en la más importante ciudad de Asia 



Lectura Base;  Apocalipsis .2:1-7


LA CIUDAD DE EFESO

La ciudad de Efeso era como la capital del Asia Menor y uno de los centros de comercio e industria principales. Fue el principal puerto de mar del Asia Menor. Era también un centro idolátrico donde estaba el gran templo a la diosa Diana, el cual era una de las siete maravillas del mundo. 


Efeso era también la ciudad más grande de la provincia de Asia. Era un centro comercial y religioso (donde se encontraba el gran templo de la diosa Diana). Su ambiente estaba lleno de materialismo, porque era una ciudad muy rica, y era muy inmoral (en el templo de la diosa Diana habían prostitutas sagradas). A pesar de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia cristiana. El estribillo, "Grande es Diana de los Efesios," era conocido por doquier.


Esta ciudad también era conocida como, "la feria de las vanidades". De la antigua ciudad hoy lo que queda es un montón de ruinas y una pequeña aldea turca. Donde hubo una de las iglesias más espirituales, hoy no hay iglesia.


Efeso significa; Deseble, o Deseo ardiente. Esta iglesia y el mensaje a la misma representan a la Iglesia Apostólica, que era "deseable," llena de celo evangelizador. Y describe el 1er. siglo de la historia de la iglesia, el cual se caracterizó por un profundo amor, un ardiente celo por Cristo y una inflexible oposición a los falsos maestros y a doctrinas erradas.


 FUNDACION DE LA IGLESIA

La Iglesia en la ciudad de Efeso fue fundada por el Apóstol Pablo en su tercer viaje misionero. (Hech. 19). Fue una iglesia muy espiritual, a juzgar por la maravillosa epístola que el Apóstol le envió (a los Efesios), la cual es una de las más profundas y espirituales.


Ustedes recuerdan la fundación, cómo Pablo llegó y encontró allí unos discípulos de Juan el Bautista que creían, habían sido bautizados con el bautismo de Juan; pero entonces Pablo les completa el evangelio y ellos recibieron al Señor y fueron bautizados en el nombre del Señor; Pablo puso sobre ellos sus manos y recibieron el Espíritu Santo y eran por todos como unos doce hombres y Pablo se quedó tres años en esa ciudad, y en esa ciudad fue la escuela de la obra de Pablo, que tuvo influencia en toda la región del Asia Menor, a partir de Efeso. La palabra dice: "Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor." Hch 19:18-20

La plabra angel sig. Mensajero. De modo que el angel de la iglesia es el pastor.


CARACTERISTICAS DEL SEÑOR

"El que tiene las siete estrellas en su diestra." Además de "ángel, el Señor llama a los Pastores "estrellas."

Mucho tiempo antes el Profeta Daniel escribió: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas perpetua eternidad". Daniel 12:3. ¡Es maravilloso saber que el Señor tiene en su diestra a los verdaderos Pastores! "El que anda en medio de los siete candeleros de oro Los candeleros son las iglesias. El Señor anda en medio de la Iglesia. Durante su ministerio terrenal El prometió: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"' Mat. 18:20.


CARACTERISTICAS DE LA IGLESIA

Apo 2:2-3. "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado". 

Así era la Iglesia Apostólica: una Iglesia de arduo trabajo misionero y evangelístico, que evangelizó a casi todo el mundo conocido; una Iglesia de paciencia y perseverancia que no podía soportar ni contemporizar con los malos ni con lo malo; una iglesia que reconocía y honraba a los verdaderos apóstoles y obreros del Señor, pero que rechazaba a los obreros fraudulentos, y los llamó mentirosos, y San Pablo los llamó "perros," una Iglesia que trabajaba duramente por amor al Señor, y que aborrecía las obras de los nicolaítas.


10 ENCOMIOS PARA LA IGLESIA

(Alabanza o elogio encarecido)

Esta iglesia de Efeso, que representa la Iglesia Apostólica, recibe diez alabanzas del Señor:

(1) arduo trabajo

(2) paciencia

(3) no puede soportar a los malos

(4) ha probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son

(5) los ha hallado mentirosos

(6) ha sufrido

(7) ha tenido paciencia

(8) ha trabajado arduamente por amor al Señor

(9) no ha desmayado

(10) aborrece las obras de los nicolaítas


EXHORTACION


UNA CENSURA PARA LA IGLESIA DE ÉFESO

Apo 2:4  "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor". 

Diez encomios y una censura. Esta única condición censurable fue suficiente para echar a perder todo lo bueno que tenía esta iglesia. Perder el primer amor es perder el amor, pues, hay uno solo, el primero y el único, el de Dios derramado en nuestros corazones.

Uno puede ir perdiendo y aun perder el primer amor sin darse cuenta. Este proceso va conduciendo a la persona a no dar a Cristo la preeminencia en todas las cosas, hasta hacerle caer, rechazar y apostatar. En esta iglesia comenzaba a incursionar el nicolaísmo precisamente por haber perdido el primer amor.» Perder el primer amor también significa falta de pasión, caer en la rutina, es tibieza espiritual, es simplemente religiosidad y es la antesala al legalísmo.


Apoc. 2:5  "Recuerda, por tanto, de dónde has caído". 

¡Esto impresiona! "de dónde has caído"; Perder el primer amor es caer de la gracia del Señor, es soltarse de su mano, es ya no disfrutar del gozo que inunda nuestro ser cuando estamos es su presencia, Perder el primer amor es abandonar el amor por Jesus, es alejarse del trono de la gracia, es hacer su obra solo por rutina.  


Perder el primer amor es una caída, es estar caído. No sólo se cae adulterando; también perdiendo el primero amor; el amor a Dios, a Su Iglesia, a Su obra, a las almas perdidas, a la comunión, al testimonio, al trabajo. Si perdemos el amor a Dios, ¿qué nos queda? 1 Cor. 13: 1—13. Es saludable que recordemos que el Señor nos sacó "del lodo cenagoso" del pecado, “y puso nuestros pies sobre roca (Cristo.) y enderezó nuestros pasos, y puso en nuestra boca un cántico nuevo". Sal. 40:2,3. 


Apoc. 2:2.3  "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado".


...y arrepiéntete y haz las primeras obras.  ¡Ésta caída requiere arrepentimiento y volver a las primeras obras, y Volver al primer amor! Que vuelva ese gozo por Dios y por las cosas de Dios, esa alegría de trabajar por el. 

"...pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". 


"Quitaré tu candelero de su lugar." Esta caída es tan grave, el perder el amor es tan peligroso, que quien no se arrepienta, será quitado, eliminado, sea individuo, sea congregación, o sea denominación.

Esta iglesia de Éfeso comenzó preciosa, y el período dispensacional en la historia de la Iglesia que representa» comenzó "deseable” pero más tarde comenzó a perder su primer amor. Por esto, el propio Apóstol Juan, que vivió y ministró en Efeso antes y después de su destierro en Patmos, ya anciano, repetía a esta Iglesia: "Hijitos, amaos los unos a los otros".


Esta iglesia no se arrepintió, y todo lo bueno que tenía, lo perdió. Fue quitado su candelero de su lugar. Y en la actualidad, ni la ciudad ni la iglesia de Efeso existen. ¡Qué tragedia que esto sucediera a una iglesia tan espiritual, fruto de las labores de San Pablo! ¡La iglesia que perdió su primer amor, cayó, no se arrepintió y jamás se levantó!. 

 

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias." Esto es una exhortación para todos en Efeso y para todos en general. Todos tienen la oportunidad de oír y arrepentirse, iEl Espíritu sigue hablando!


LA PROMESA

"Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios." Esta es una promesa al cristiano individual "al que venciere." El período en la historia de la Iglesia representado por Efeso es desde el Pentecostés hasta el año 100.


Y lo que Cristo dice a la Iglesia de Éfeso vale para todo cristiano, para todo el que tenga oídos para oír. Sólo escuchando la Palabra de Dios, acogiéndola en el interior del corazón, dejando al Espíritu que la siembre y la haga germinar en la vida se puede vencer el combate con el mundo y recibir la corona de la vida eterna, gustar el fruto del árbol de la vida: "El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios (2,7).


En las siete cartas se promete al vencedor la misma corona: la vida eterna. Pero la vida eterna en cada carta, como en las bienaventuranzas (Mt 5,3-12), es descrita con imágenes diversas. En esta primera carta a la Iglesia de Efeso se describe como una vuelta al paraíso, donde el hombre recobra la libertad de acceso al árbol de la vida, cuyos frutos dan la vida eterna (Gn 2,9; Ap 22,2). La Iglesia puede volver de nuevo al paraíso abierto por Cristo para sus fieles.


La promesa de la palabra dice: Apo 22:1-5  "Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos". AMEN.


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